Buenas noticias en Naciones Unidas, y buenas noticias para la lucha contra la impunidad. La Convención Internacional para la protección de todas las personas contra la desaparición forzosa, que la Asamblea General de la ONU adoptó en 2006, entrará por fin en vigor el 23 de diciembre de 2010.
Las convenciones que se adoptan en el marco de la Asamblea General entran en vigor cuando un número mínimo y suficiente de estados las ratifican. Esta convención ha estado abierta a la ratificación desde que su texto se aprobara en 2006, pero no ha sido hasta noviembre, cuando Irak depositó su instrumento de ratificación, que se consiguieron las ratificaciones suficientes para que entre en vigor.
La convención preve, como el resto de convenciones de derechos humanos, un mecanismo de "comunicación individual", es decir, un procedimiento de denuncia, por el que los individuos o grupos de individuos pueden denunciar ante el Comité contra las Desapariciones Forzosas (que crea la propia convención y que funciona como órgano de vigilancia del tratado), ser victimas de violaciones de las disposiciones contenidas en la convención. Además, también preve un mecanismo para iniciar investigaciones por violaciones sistemáticas de la convención.
Sin duda se perfila como un instrumento muy importante de lucha contra la impunidad de crímenes de lesa humanidad, como las desapariciones forzosas. Y aunque lo deseable sería que no fuera necesario, por desgracia muchos estados siguen cometiendo estos crímenes, pero, a partir del 23 de diciembre contamos con un instrumento más para denunciarlo y que la comunidad internacional tome las medidas apropiadas.
Las convenciones que se adoptan en el marco de la Asamblea General entran en vigor cuando un número mínimo y suficiente de estados las ratifican. Esta convención ha estado abierta a la ratificación desde que su texto se aprobara en 2006, pero no ha sido hasta noviembre, cuando Irak depositó su instrumento de ratificación, que se consiguieron las ratificaciones suficientes para que entre en vigor.
La convención preve, como el resto de convenciones de derechos humanos, un mecanismo de "comunicación individual", es decir, un procedimiento de denuncia, por el que los individuos o grupos de individuos pueden denunciar ante el Comité contra las Desapariciones Forzosas (que crea la propia convención y que funciona como órgano de vigilancia del tratado), ser victimas de violaciones de las disposiciones contenidas en la convención. Además, también preve un mecanismo para iniciar investigaciones por violaciones sistemáticas de la convención.
Sin duda se perfila como un instrumento muy importante de lucha contra la impunidad de crímenes de lesa humanidad, como las desapariciones forzosas. Y aunque lo deseable sería que no fuera necesario, por desgracia muchos estados siguen cometiendo estos crímenes, pero, a partir del 23 de diciembre contamos con un instrumento más para denunciarlo y que la comunidad internacional tome las medidas apropiadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario